Traductor en lengua vasca, considerado el padre de la traducción hacia esta lengua. Desarrolló su labor en una época en la que el reino de Navarra seguía reclamando los territorios anexionados otra situación política, de la unificación de la lengua literaria, como lo fueron las versiones francesas y alemanas. La derrota del partido protestante, la abjuración del hijo de Juana de Albret al convertirse en Enrique IV de Francia y la incorporación del reino de Navarra al de Francia frustraron esa posibilidad. El propio Leizarraga alcanzó gran fama en la corte francesa, y la convivencia entre religiones en la población de Labastida–Clairence, en la que vivió, se consideró modélica incluso en aquella época. Sobre el ambiente y la influencia de aquella especie de pequeña escuela de traductores, el mismo Leizarraga mencionó las traducciones al vascuence de la versión francesa de los Salmos (adaptación de Clément Marot). Bustanobi, que sustituyó a Leizarraga en la mencionada localidad y que se consideraba deudor del maestro, hizo imprimir un catecismo en euskera, por encargo del sínodo de Tonneinx, aunque no se han conservado ejemplares. Es innegable la importancia de las traducciones bíblicas en el desarrollo de la lengua literaria y en el proceso de estandarización; y aunque los traductores y estudiosos se solían preocupar más que por la ortodoxia de los textos, por el estilo y el casticismo de la lengua utilizada o el regusto arcaizante de la traducción, no se podría entender la evolución de la literatura vasca sin Leizarraga y otros traductores.
Karlos del Olmo
DHTE (Diccionario Histórico de la Traducción en España)